miércoles, 9 de abril de 2008

JUNTO A LAS CENIZAS (de Mario Monteforte Toledo)




En ese salón de doble altura cuyo foco visual es una escalera de madera que caprichosamente se retuerce, elevándose hasta un pequeño entrepiso, casi sin interrumpir la bella vista poniente que da inicio en el lugar exacto donde enormes cristales ponen fin a un hermoso enduelado de madera oscura, se encuentra el columnario que, dividido en pequeños espacios transparentes, da cabida a los restos de una creciente -pero limitada- cantidad de personas que no tienen otra cosa en común más que la muerte de sus cuerpos, y allí, entre ellos, en un lugar apenas preferente, se encuentran depositadas en una urna que tiene la forma de un enorme libro, las cenizas del gran escritor Mario Monteforte Toledo.

De pie frente a ese escaparate en cuyo interior se aprecia el premio Miguel Ángel Asturias (el más alto honor literario que esta patria mía concede a los hijos de las letras), y tres ejemplares de sendos libros publicados por el insigne literato, que han sido colocados en forma primorosa y sobre los que se han dejado, como silentes testigos de tanta belleza escrita, las gafas que don Mario usaba en vida, me parece increíble que mis despojos mortales pudieran codearse algún día, al menos en espacio físico, con una persona a quien (aunque no comparta su ideología) admiro tanto. Al ver ese pequeño altar que en su honor se ha creado, me pregunto: ¿Con qué objetos me gustaría que se acompañaran mis cenizas para que, los que los vieran, se formaran la mejor idea de mi persona?....... ¿Premios y reconocimientos? ¿Fotografías de momentos de gloria? ¿Textos publicados, escritos por mí (si los hubiera)? ¿Imágenes de mis proyectos construidos?

Lo he pensado y he llegado a la conclusión de que, si han de colocar un libro junto a mis cenizas, sea mi vieja Biblia, que es el libro que más veces he leído y en el que he encontrado sabiduría y consuelo en mis momentos más oscuros. Y si quieren colocar otras cosas, que dejen junto mi urna algunas fotografías. Que sean, todas ellas, de las personas que amo: mi esposa, mis padres, mis hijos, mis abuelos........ Y por favor, que por ningún motivo falte uno solo de mis queridos amigos.
Otra cosa junto a mis cenizas, no quiero.