sábado, 18 de agosto de 2007

NADA MÁS HERMOSO EN EL CIELO


Esperaba volar aquella tarde en un venerable C-47 o, con un poco de suerte, en un helicóptero Huey. Nada me pudo preparar para escuchar las palabras que resonaron a mis espaldas: “Tenés suerte patojo, hoy volás conmigo... Preparate, porque este va a ser el raid de tu vida”. Por fortuna, apenas iniciada mi pubertad, ya había alcanzado el metro con ochenta de estatura, y ataviarme con la parafernalia de vuelo no constituyo problema alguno.

Aunque no era precisamente el lugar más cómodo del mundo, la sensación bajo la transparente burbuja acrílica era indescriptible; mi corazón pateaba mientras los 12 cilindros del motor “Pakard-Merlin” hacían rugir salvajemente sus 1490 HP, pero fue la fuerza generada durante el despegue y la vertiginosa trepada con giro a la derecha lo que me dejó literalmente sin aliento. Lo que vino después fue poesía pura, sólo digerible con grandes dosis de excitación y mucha adrenalina.

El North American TF-51 “Mustang” (FAG 345), sin importar la maniobra que se ejecutara: toneles, rizos, picadas, ochos cubanos o pasadas rasantes, demostraba tener potencia y maniobrabilidad de sobra. Después de un continuo “jerk” en todas direcciones, vino la calma del vuelo nivelado a 20,000 pies. El motor ronroneaba como un gatito dormido mientras yo, convidado por el Coronel Fuentes, tomaba incrédulo los controles de la “legendaria bestia” para realizar tímidos banqueos y algunos ascensos y descensos intrascendentes.

A partir de aquella tarde ninguna aeronave en que haya volado me ha parecido más que un simple bus, camión o carrito de golf con alas. El Coronel Fuentes tenía razón: ese fue, sin duda alguna, el “raid” de mi vida, y gracias a él y a su amistad con mi padre, soy una de las pocas personas en el mundo que pueden decir “Yo volé un Mustang” el avión más hermoso que ha surcado los cielos de este planeta.

El Mapache


El TF-51 (FAG 345)

2 comentarios:

Rostro Enmascarado dijo...

Gustavo...
Por aquí ando visitándote y la verdad, volar un Mustang no tiene nombre ni apellido.
Además de ello, los inicios como Piloto, convertirnos en ese principiante chiquillo intentando traspasar el cielo, atravesando nubes que en esos momentos nos parecen amigas y enemigas, realmente es una sensación increíble, que solamente puede comprenderla el que vuela, a otra persona por más que se le llegue a explicar, jamás nuestras palabras podrían definirlo, porque son sentimientos que nacen, viven y mueren dentro del Alma.
El otro día justamente le estaba contando a Nuria sobre Mis principios, cuando nos dejaban en el simulador después de las clases teóricas, todo bien y emocionante, pero cuando nos dejaron en el primer avión me tembló el Alma, fue mezcla de miedo y emoción.
Los aviones, volar me apasiona pero te envidió en algo... Me gusta leer cuando hablas de tu padre, aun a pesar de sus diferencias propias.
Tener un Padre tatuado, un Padre Piloto... !Qué grande!
Pudiste compartir el mismo Amor, la misma pasión por algo en común, lamentablemente Mí viejo no le gustaba y estuvo algo en contra, es más, cuando me llevó a la aeronáutica en Uruguay, él que había estado en la escuela de Música de Los Blandengues y desertó a los dos meses, solía decir que no aguantaría yo en la escuela de Piloto ni un mes, se rió de Mí, pero el tiempo pasó y me recibí un año antes que los demás.
Obviamente la aeronáutica pertenece a las fuerzas aéreas del Uruguay, o sea, la instrucción es parecida a Los Blandengues en su estructura militar. Creo que no le agradó demasiado que yo llegará a fin en ello, porque jamás hablamos de aviones y demás, sencillamente me decía a todo que si como a los locos, pero jamás comprendió "Mí Pasión" por volar.
Por eso cuando puedo hablar con alguien de aviones me olvido que estoy escribiendo y hago un Libro de todo jajajaja...
Aparte me gusta revisar los motores, desarmarlos y volverlos a armar, jeje, son Mi LOCURA...
Perdoname por el largo mensaje, ya te iré contando sobre Mis vuelos.
Te lo digo aquí, porque de decirlo en Libro De Arena me dirán agrandado... Y estoy muy lejos de serlo.
Tengo un avión privado y una avioneta, te juro, no me arrepiento de cada vuelo, de esos segundos surcando el cielo y como lo expresas allí, vale la pena morir estrellado en pos de un sueño cumplido.
Y otra cosa es verdad, un buen Piloto se estrella solo una vez.
Ya te contaré más...
Y después te enviaré fotos a tu mail.
El otro día le comentaba a Nuria, algún día iremos a Guatemala a visitar a Gustavo, obviamente si él está de acuerdo y me hizo ilusión pensar que podríamos ir juntos a surcar los cielos de Tú País en el avión, después de una buena parrillada...
Hasta la próxima y me agrada esta pasión que nos une.
Un abrazo de Tú Amigo...
Julián..
Rostro Enmascarado

Gustavo A. Abril dijo...

Claro que me encantaría ese vuelo sobre esta patria, volar en Guatemala es realmente emocionante por la gran cantidad de montañas, volcanes, y otros accidentes geográficos..... despegas del aeropuerto y en unos minutos puedes estar en vuelo rasante, siguiendo la linea de la playa en el Pacífico, o rodeando un volcán en erupción o viendote reflejado en las aguas de un lago.

Mi padre inculcó en mi el amor por los aviones y el vuelo, luego vino la lucha armada; muchos pilotos amigos murieron al ser derrivados. En mi familia han habido 7 pilotos (5 de ellos militares): dos murieron naturalmente, uno fue asesinado por razones políticas; tres perdieron la vida en accidentes de aviación, uno en un Arava (que perdio sustentación en un vuelo rasante cerca de la ciudad de Guatemala); otro, despegando un Aero-Comander (en Honduras),y el tercero murió aterrizando un DC-3 de Aviateca (estalló una rueda y la hélice, de alguna manera, se salió del eje y entró en la cabina). El único que sigue vivo es piloto de helicópteros, tuvo un accidente terrible hace unos años, de milagro sobrevivió y pudo seguir volando (aunque ahora ya no lo hace para la Fuerza Aerea)

Realmente fueron esas muertes lamentables las que infundieron un terrible temor, en mi padre,de perder a su único hijo.... ahora que tengo hijos lo comprendo.

Yo no hablaré de aviones en Libro de arena, no creo que muchos de los arénicolas puedan entender esta pasión, pero no puedo dejar de hablar de ellos.

Te envidio (sanamente)esos aviones que tienes, Ya quisiera yo tener aunque sea una 180.

Seguiremos hablando.