jueves, 6 de diciembre de 2007

SIN REMORDIMIENTOS




Qué difícil fue correr el riesgo de dejar la estabilidad del sueldo fijo y meterme en la búsqueda de un sueño. Cuántas proyecciones, cálculos y planificaciones; todo un estudio comparativo entre ilusiones y temores para aterrizar en el inevitable recorte de los sueños y deseos al llano nivel de la realidad. Y luego, después de los engorrosos trámites de ley, jornadas de arduo trabajo: horas, días, semanas y meses que se convirtieron en años sin descanso; largas noches de insomnio buscando la inspiración creativa necesaria para cubrir planillas, bonos 14, aguinaldos y otras prestaciones, alternadas con sudorosas pesadillas protagonizadas por cobradores, acreedores y colectores de la SAT, buscando cada quien echar mano a su respectiva tajada.

Gastritis, hipertensión y neuralgias son algunos de mis achaques causados, en buena parte, por el peso de la responsabilidad que siempre sentí por mis ‘explotados empleados’, aunque algunos de ellos, después de cobrar el finiquito respectivo y verme en la ruina, se despidieron con burlas, maldiciones y uno que otro escupitajo.

Y es que, en eso de ‘tronar’ y tocar fondo soy todo un experto, pero nada de este ‘vía crucis’ ha podido diluir la convicción de que soy capaz de alcanzar mis sueños. Es que tengo esa ‘mezquina’ ilusión (la sociedad me perdone) de ser próspero y tener más de lo que necesito, pero no para ver sobre los hombros a los que tienen menos, sino para forjar un mejor futuro para mis hijos y poder envejecer digna y felizmente con la mujer que amo.

Me importa un comino que, en la búsqueda de la realización de mis sueños, algún ignorante de lo que significa ser emprendedor me llame ‘explotador maldito’ o algo peor, porque gracias a mi decisión de correr el riesgo, he visto mejorar el nivel y calidad de vida de los pocos empleados que Dios, a quien doy infinitas gracias por todo, me ha permitido tener.

Este artículo -de mi autoría- fue publicado anónimamente el 1/dic./2005, en la columna de opinión “Ideas” de Jorge Jacobs, en el diario guatemalteco “Prensa Libre”. (klick) para ver el artículo


No hay comentarios: